Esta Liga se empieza a parecer a aquella de 2014 en la que el Atlético ganó el título en la última jornada tras una apasionante e intensa batalla con el Barcelona y el Real Madrid. Lo que quizá no se recuerde tanto de aquel campeonato es que los tres equipos se dejaron muchos puntos por el camino en el tramo final de la temporada. El Sevilla, en cambio, seguro que lo recuerda, y desde un discreto segundo plano, sin nada que perder, se posiciona para soñar. ¿Ganará el Sevilla esta Liga? Seguramente no, pero sería una temeridad descartarlo.
Su victoria de este domingo en el Reale Arena le coloca, a falta de que jueguen los tres grandes, a sólo tres puntos del primer puesto de la clasificación. En el horizonte, cuatro duelos a priori sencillos en casa y dos visitas muy complicadas, la del Villarreal y sobre todo la del Real Madrid, (cuatro días después de que los de Zidane jueguen la vuelta de semifinales de Champions contra el Chelsea), además de la del Levante.
El argumento más poderoso que tiene el Sevilla para soñar es el partido que ha completado en San Sebastián. Cierto es que esta Real no es la que era, imposible sin Illarramendi, Merino y Silva en el campo, todos pagando el peaje de la final de la Copa del Rey. Peaje que aceptan gustosos, por supuesto. Por momentos, el cuadro hispalense fue un torbellino imparable y después supo administrar su ventaja, sufriendo poco pese a los esfuerzos del equipo de Alguacil por rascar al menos un empate.