Lo que venía siendo desde hace años un simple espantajo con el que algunos de los grandes clubes de la burguesía europea apretaban a la UEFA en busca de un mejor botín ha acabado por convertirse en una declaración unilateral de ruptura. La Superliga.
Doce equipos, esta vez sí, han decidido firmar por la creación de una Superliga presidida por Florentino Pérez y romper con el teórico equilibrio en las competiciones impuesto por el máximo organismo continental desde hace más de medio siglo.
Según anunciaron las elites en un comunicado se han adherido a ese plan los tres clubes españoles (Real Madrid, Barcelona y Atlético), seis de la Premier League inglesa (Manchester United, Manchester City, Liverpool, Arsenal, Chelsea y Tottenham) y tres más de la Serie A italiana (Juventus, Milan e Inter). Las fuentes consultadas por EL MUNDO aclaran que tanto los alemanes Bayern de Múnich y Borussia Dortmund, como el campeón francés, el PSG, pese a no haberse sumado por ahora a los fundadores, lo harán en las próximas fechas.