Un taconazo vestido de genialidad de Fer Niño en el 88 solventó el partido en el Heliodoro Rodríguez de Tenerife, dejando un encuentro en el que, sobre el papel, no hubo sorpresa pero que significó un bonito duelo entre un Villarreal que tuvo que sacar toda su artillería y un Tenerife muy serio que peleó el partido hasta el último minuto, pudiendo lograr alcanzar la prórroga, incluso, en el último minuto con un remate ajustado que salvó Rulli.
El Villarreal mostró su cara copera, aunque no falta de quilates, con un once tipo en el que Jaume Costa volvió al lateral, Baena, Coquelin y Trigueros se encargaron de la medular y de un ataque con Bacca, Yéremy y Raba en la zona alta, aunque estos dos últimos cambiaron posiciones durante el transcurso del encuentro, buscando huecos. El Tenerife saltó con novedades respecto a su once liguero, como la inclusión de Aitor Sanz o la titularidad de Dani Hernández en la portería.
Los isleños intentaron la combinación rápida cuando se hacían con el cuero, tal vez con cierta falta de liturgia constructiva, lo que provocó pérdidas rápidas ante la defensa del Villarreal, recolectando tan solo una oportunidad en los primeros cuarenta y cinco minutos. Fue de Fran Sol, de cabeza tras un centro, blocada por Rulli. Los de Emery, mientras, tuvieron que afinar sus acciones, incluso darse a las individualidades, con tal de superar unas líneas de contención tinerfeñas que mostraron firmeza, relegando la primera oportunidad del Villarreal hasta el minuto 32, con un tiro de Trigueros, de falta, que se marchó alto.