Anfield vivió este domingo el hundimiento de su equipo ante un Manchester City que ve cada día más cerca el regreso de la Premier a sus vitrinas (1-4). Ni un penalti fallado por Gündogan ni un error de Ruben Dias. Nada impidió que el City se aprovechara de dos fallos mayúsculos de Alisson para rematar la exhibición.
Porque el Liverpool venía muy tocado tras haber visto cómo su fortín de Anfield se convertía en el jardín de Burnley y Brighton con dos derrotas inesperadas que hacían de este duelo clave para sus intereses de reengancharse a la Premier. «No somos ya candidatos», apuntó el defensa Andy Robertson en la previa, quitando presión a los suyos, a la vez que Guardiola y Klopp se enzarzaban en un cruce de declaraciones sobre quién estaba más descansado y a quién venía mejor el calendario.