Carta de Jurgen Klopp a Julian Nagelsmann, clara y concisa: «Querido Leipzig: muchas gracias». Si no se la ha mandado todavía, debería hacerlo. Por justicia. Este Liverpool tan moral y futbolísticamente devastado, ya resignado a pelear por entrar en puestos de Champions en la Premier, jamás habría imaginado las facilidades que iba a encontrarse en Budapest -sede pandémica del duelo- para empezar a sanar sus profundas y recientes heridas. Falta aún el duelo de Anfield, pero ya parece casi imposible que los reds no se vayan a colar entre los ocho mejores de Europa. [Narración y estadísticas (0-2)].
Dos errores de bulto del Leipzig en apenas cinco minutos permitieron a los de Klopp llevarse del Puskas Arena un resultado sobresaliente. No necesitó ser el Liverpool arrollador de la pasada temporada -era imposible que lo fuera tras las debacles de las últimas semanas-, pero tampoco lo necesitó para ganar como antes lo hacía. Con estar atento a los regalos de la zaga alemana le bastó para encontrar el que puede ser un punto de inflexión para su temporada.